jueves, julio 25, 2024

La IA y Yo.

     Todo el día frente al computador trabajando, en proyectos tipo y pienso ¿mi trabajo puede ser reemplazado por la IA? y la respuesta es absolutamente sí. Lo que hago es seguir instrucciones normativas adaptándolas a situaciones particulares que de alguna manera también son soluciones estandarizadas. La Arquitectura ya está estandarizada por ejemplo tienes un sitio de x dimensiones y en base a eso calculas el porcentaje de uso de suelo permitido por normativa para esa zona, luego en detalle al largo y ancho también simulas los porcentajes de adosamiento permitidos, las alturas normativas y ya al interior ves recintos como baño y cocina que están directamente asociado a las redes disponibles en sector que también están normados y fijados en reglamentos. Todo es adecuarse a las instrucciones que ya están escritas y puestas a disposición de los usuarios.

¿De las plataformas que disponen las entidades públicas?, están podrían rápidamente entregar documentos y respuestas, ya lo hacen el Imiv, los certificados de avalúos y podría ser igual de fácil con las factibilidades básicas que se requieren para iniciar un proyecto.

Hoy vamos al supermercado y vemos como los cajeros humanos son reemplazados por máquinas de atención directa, es una primera entrada, no es culpa de los inmigrantes que te vas a quedar sin trabajo amigo.

Mi padre un viejo maestro gasfíter vio la llegada del plástico a la construcción (Pvc) y como este reemplazo al viejo Fe Galvanizado y Cemento comprimido en las instalaciones, como se reemplazó las grandes y pesadas cajas de herramientas para hacer hilos en las uniones y piezas que requiere una instalación, el Pvc, el pegamento y el soplete (que permite calentar las piezas y adaptarlas rápidamente) además de una serie de uniones y fitting (todo tipo junturas y adaptadores, Tees, vees, etc), mi padre siempre me recalco que los maestros mas antiguos no quisieron o no pudieron con los nuevos materiales.

Luego como estudiante de arquitectura que comenzó a dibujando planos en papel diamante y poliéster, con la llegada de los primeros programas de dibujo arquitectónico, atestigüe como los profesores en una primera instancia castigaban las notas de los compañeros que hacían sus entregas hechas en computador y luego impresas  versus quienes aún dibujábamos a mano, pero frente a las posibilidades de corregir y reimprimir rápidamente nos convertimos al dibujo asistido por computador, luego en el mundo laboral vi como los viejos dibujantes de tablero no pudieron convertirse al computador y quedaron fuera del mercado por la irrupción de la computación.

Hoy la inteligencia artificial viene a cambiarlo todo, como dibujante me siento horas para resolver algún grafico para retratar alguna situación humorística y cuando veo las redes sociales alguien con un manejo básico del Photoshop crea un meme que se vuelve insuperable, por la rapidez de respuesta volviendo también efímero el momento, cosa que también sucede con la caricatura en todo caso, en lo personal no tengo en la memoria caricaturas memorables, de hecho debo reflexionar (abrir un par de cajones mentales para dar con ellas).

Se solía pedir a un ilustrador alguna imagen para acompañar un texto (te daban las instrucciones de lo que se quiere, un par de correcciones y a imprenta por decir hoy a la publicación web y ya), existen paginas y aplicaciones que se saltan al ilustrador escribes las instrucciones y te entrega un resultado, el que si no te satisface se vuelve a solicitar la cantidad de veces y el tiempo del que disponga el usuario.

Una vecina que es profesora universitaria me comenta “estas entrenando a la maquina” en la medida que interactúas con ella se va volviendo mas precisa.  Yo le digo que, en temas específicos, muy específicos como cálculos de redes ó térmicos para viviendas aun no es capas de entregar una respuesta que me sirva para una carpeta, “pero tu le estas enseñando, en poco tiempo lo podrá hacer”.

Todo esto lo escribo a raíz de un comentario en la rede X o ex -tuiter, un usuario dice se supone la tecnología realizaría el trabajo para que yo (humano) pueda escribir, leer o hacer arte y es la tecnología la que esta haciendo y yo sigo lavando la ropa y preparando el almuerzo, donde esta mi robot que me dejaría tiempo de ocio que tanto se profetizo.

Vuelvo al inicio estuve todo el día frente al computador haciendo proyectos sanitarios tipo, para subirlos a plataformas del servicio de salud, simulando cada uno de ellos, dando respuestas tipo y gastándome el día en llenar formularios y quiero tanto solo dibujar y crear historias, ¿dónde está mi robot para que yo pueda salir hacer deporte y arte?

 

 


De pie de pagina una caricatura hecha de mi autoría (en un Tablet Lenovo) la otra una imagen creada por IA, con instrucciones mías.

miércoles, marzo 27, 2024

De vuelta al barrio

De vuelta al barrio, así me siento por estos días, en esta temporada y en estas 5 décadas que me arropo, volví a vivir en Pedro de Valdivia en la subida y la volví a trotar recordando mis inicios de atleta adolescente.

Cuando era un secundario comencé en esto del atletismo rápidamente me volví un fanático, llegaba al centro le encargaba mi bolso a un compañero y vecino, el subía a la micro y yo partía corriendo, le aseguraba que llegaría antes que él y la micro. Mi amigo se reía de mi a carcajadas pues decía que corría todo desarmado, en mi mente me veía volando o como una máquina, desde el centro (Rodríguez con Prat hasta Pedro de Valdivia con el puente de Gabriela Mistral), todo sudado y con el uniforme como lechuga llegaba apenas, pocas veces le gane a la micro, solo cuando esta se llenaba y debía hacer muchas paradas dejando pasajeros, lograba ganarle.

Muchas cosas me enseño el atletismo, en matemáticas cuando tenia que convertir minutos a segundos y cálculos con temporalidades en mi mente (65” un giro fácil a la pista), también las calles, sus nombres y hasta el sentido del transito vehicular, hoy veo en googlemaps como traza las calles y el recorrido sugerido para un tramo, como yo aprendí hacerlo en mi mente.

En esa época las corridas por las calles de la ciudad eran populares, una corrida con 50 atletas era considerada un éxito total, claro que todos corrían y de verdad “corrían”, cuando comencé a participar poco y nada entendía, en la largada con el disparo, gripo ó …3,2, 1..partieron! salíamos corriendo como locos, “maratón de presos” decía un amigo, esos primeros metros te pasaban la cuenta el ultimo kilometro que se hacía eterno, por las siempre húmedas calles de Temuco. Varias veces perdí podio por no saber las calles y el recorrido, ingenuamente le preguntaba a mi rival ¿falta mucho? como 3 cuadras me respondían, ¡giro en la esquina y meta a la mitad de la cuadra!, siempre de picado encaraba al informador rival que me remataba con todos esos últimos metros, siempre pillándote despistado “me confundí en las calles compadre”, eso me obligo a siempre ver los recorridos y memorizar en mi mente las calles de la ciudad.

También en varias ocasiones trotaba los circuitos de la ciudad como preparación de las futuras carreras, esto me enseño la trama y la cuadricula de la ciudad, como la misma lógica se repetía en otras ciudades de Chile, cosa que en el futuro confirme con el ramo de urbanismo en la “carrera de Arquitectura”.

Subí la cuesta de Pedro de Valdivia toda mi secundaria, todos los días me hizo fuerte y ligero, también creo me volvió luchador, me iba trotando a campos deportes Ñielol, entrenaba y luego de vuelta trotando, hasta los días que incluían “masacre o lacticidio” como con los años comenzamos a llamar a los entrenamientos fuertes de los días clave.

Recuerdo un chiste cruel de una parodia del Jappening a Checho Hirane donde Eduardo Ravani imitando una rutina del humorista decía “¿Cuál es la diferencia entre un rico subiendo un cerro y un pobre?  “El rico está trotando” ¿y el pobre? ¡Se va para la casa! En mi mente subiendo esa cuesta, cansado le peleaba a los ciclistas, triciclos o carretelas, todos obreros también cansados del trabajo al hogar y yo de mi faena de corredor.

En el cansancio me imaginaba desdoblándome y sentado en una maquina como Koyi Kabuto conduciendo a Maziguer Z o mas simple, como ese conductor del Winkabus en la misma subida con bus lleno de pasajeros, bolsos, encargos arriba con ese peso monumental, pedal al fondo el quebrarse de los cambios a la maquina y esa máquina que soy yo.

Todos esos recuerdos me vinieron hoy cuando vuelvo a subir la cuesta de Pedro de Valdivia “con todo” y hasta me imagino una carrera por los barrios, todo cambio, yo cambie, todo ese esfuerzo de atleta, de estudiante, obrero produjeron cambios, pero no quiero perder la esencia que descubrí subiendo Pedro.



domingo, febrero 25, 2024

El Caso del juicio al robot Mapuche

 

Se inicia el juicio al que la prensa denomino “El caso del robot Mapuche”, referido al robot que fue cesado y abandonado por sus propietarios originales y que fue a dar a tierras mapuches donde los locales adoptaron para labores cotidianas y fue reconocido como un integrante más de la comunidad entregándole la “calidad indígena” y se autodenomina “mapuche” liderando una importante organización territorial de la región.

Las autoridades regionales rechazaron negociar los productos y ventas de las comunidades indígenas que se venden en los mercados locales. Este año como cada 2 años corresponde renovar los contratos con los líderes y el Gobernador de la región rechazo sentarse a la mesa a tratar con el nuevo “Lonko o líder “el cual resultó ser un “robot”.

El Gobernador rechaza la idea de sentarse a la mesa con un robot a negociar, presionado por el empresariado local y sectores conservadores que año a año presionan para que el estado abandone o deje sin efecto las protecciones que tienen los territorios declarados indígenas.

El abogado defensor del interés del empresariado regional, un hombre a esta altura mitad máquina y mitad humano, aunque todos saben en privado que perdió la mitad de su cuerpo destruido por el abuso de las drogas, públicamente siempre se habla que fue víctima de la explosión del atentado mapuche del 18.








viernes, septiembre 29, 2023

Borracho

 Estoy de viaje en Santiago, debo hacer varias horas de espera para retornar al sur, me voy a un bar en Alameda con Umaña comienzo a beber no creo ser un borracho,  solo quiero beber para que me ayude a pasar las horas de espera y subir al bus con sueño. De pronto viene a mi mente las borracheras históricas de mi abuelo materno, padre de 11 hijos carpintero en el hospital del Salvador a fin de mes se bebía el sueldo completo con la patota, todos debieron ser iguales. Rompiendose el lomo 30 días y en un par de horas beber y perder el conocimiento junto con el sueldo, llegar a la casa de madrugada con bolsillos y cabeza rota.

Me viene a la mente pues pienso en esta rutina de años y tal vez fue este lugar en el que estoy ahora, una parada obligada en alguna salida loca, la Av Alameda debió ser antes igual que ahora la ruta de la bohemia obrera con bares de distinto precio y calidad. El viejo vivía en Estación Central en un barrio obrero de la década de los cincuentas, Av Aeropuerto con 5 de Abril.

Mi abuela, una vieja implacable con sus nietos, nos corría palos y coscorrones que ni mi madre nos daba, ahora entiendo esa rabia del aguante, esa rabia del desahogo contra cualquier culiao que se le atraviese por el camino. Cocinaba exquisito, la admiraba con unos cuantos fideos y un par de webadas que plantaba en el patio o antejardín preparaba unos almuerzos que nos saciaba, ahora entiendo que la pobre vieja tenía que “inventar comida” para darle a los 11 hijos e hijas con un sueldo que el vino le arrebataba.

Todos bajo tierra hoy incluida mi madre, yo con mi vaso enfrente solo pretendo seguir bebiendo espero no me agarre el viento o los inmigrantes menos afortunados o funados ahora por mi ahora, que acechan los bordes sin luz de la ciudad.