Se inicia el juicio al que la prensa
denomino “El caso del robot Mapuche”, referido al robot que fue cesado y abandonado
por sus propietarios originales y que fue a dar a tierras mapuches donde los
locales adoptaron para labores cotidianas y fue reconocido como un integrante más
de la comunidad entregándole la “calidad indígena” y se autodenomina “mapuche”
liderando una importante organización territorial de la región.
Las autoridades regionales
rechazaron negociar los productos y ventas de las comunidades indígenas que se
venden en los mercados locales. Este año como cada 2 años corresponde renovar
los contratos con los líderes y el Gobernador de la región rechazo sentarse a la
mesa a tratar con el nuevo “Lonko o líder “el cual resultó ser un “robot”.
El Gobernador rechaza la idea de
sentarse a la mesa con un robot a negociar, presionado por el empresariado
local y sectores conservadores que año a año presionan para que el estado
abandone o deje sin efecto las protecciones que tienen los territorios
declarados indígenas.
El abogado defensor del interés del
empresariado regional, un hombre a esta altura mitad máquina y mitad humano,
aunque todos saben en privado que perdió la mitad de su cuerpo destruido por el
abuso de las drogas, públicamente siempre se habla que fue víctima de la explosión
del atentado mapuche del 18.