sábado, agosto 30, 2008

Hernán Ostuni: “El cómic latinoamericano está en hibernación, faltan editores






México, DF.- Hernán Ostuni (Argentina, 1966) dirige la revista digital Sonaste Maneco, especializada en la historieta latinoamericana y una colección de 9 volúmenes sobre la evolución del humor gráfico en la región. Médico, pero definido como caricaturista frustrado: “no puedo dibujar ni un círculo, me sale ovalado” ironiza con Clarín.cl “entonces dediqué mi esfuerzo a la investigación”, opción que fue distinguida en el Salón del cómic de Buenos Aires y por Fanzine Akfak.
En 1999, junto a Rodríguez Van Rousselt, Mario Formosa y Andrés Ferreiro crearon el colectivo La Bañadera del cómic, desde el año 2001 comenzaron la edición de libros con ilustraciones. Hernán Ostuni ha colaborado en: 50 años de Superman, Tangos de Historietas y El cómic y el SIDA (uno de los primeros libros sobre prevención del VIH en la Argentina, 1994); de hecho, su viaje a México fue por invitación de la XVII Conferencia Internacional sobre el SIDA (del 3 al 8 de agosto), debido a su formación académica de médico; tal vez eso explique la meticulosa disección que hace del humor negro, bajo su impecable profesionalismo y túnica blanca.
MC.- ¿Qué dibujó durante su reciente agenda en México?HO.- En realidad el viaje a México tuvo que ver con mi actividad profesional, soy médico especialista en VIH y participé en la XVII Conferencia Internacional sobre el SIDA que se desarrolló en el DF. Si bien ése fue mi objetivo primario, el secundario fue tanto o más provechoso, ya que pude contactarme con Eduardo Soto, “El Metiche” escribió el Tomo 4 de La historia de la historieta latinoamericana, dedicado a México. Además de reunirme con Soto, asistí a la entrega oficial del libro con Ramón Valdiosera (uno de los padres de la historieta mexicana) y nada menos que con Rubén Lara, creador gráfico de Fantomas, eso para mí fue tocar el cielo con las manos, ya que crecí leyendo las historietas de La amenaza elegante (Fantomas), dibujadas por Rubén Lara, todo un honor haberlo conocido. También estuvimos con Eduardo Soto en una conferencia de cómics en el Instituto de la Juventud en DF, allí “El Metiche” dio una charla sobre la historieta mexicana y tuvo la deferencia de hacerme compartir la mesa con él; conocí a Mario Guevara un dibujante mexicano que trabaja para Estados Unidos; a Santillán (uno de los mejores portadistas mexicanos del momento) y al caricaturista chileno José Palomo.
MC.- ¿Qué referentes de moneros mexicanos llegan a la Argentina?HO.- Actualmente no llegan trabajos de caricaturistas mexicanos a la Argentina, pero tuve la suerte de contactar a Luis Gantus, director de Caligrama, sello editorial que publica a los nuevos valores mexicanos, increíbles por cierto, me ha facilitado su material impreso, haré una reseña en el próximo numero de nuestra revista digital Sonaste Maneco.
MC.- ¿Goza de buena salud la historieta en Latinoamérica? o ¿la tinta humorística se escurre en fase terminal?HO.- Creo que la Historieta latinoamericana está en una etapa de hibernación, hay excelentes artistas en todo el continente y en el caribe, pero faltan editores y apuestas locales para nuestros artistas. Del mismo modo hay una gran desconexión entre todos. Es impresionante la calidad artística que se encuentra en Latinoamérica.
MC.- ¿Ha estudiado los proyectos de Ley que buscan acotar el humor ácido de los moneros en loa del patético poder político?HO.- En realidad, más que proyectos de Ley, hay una censura de otro tipo, sobre todo en algunas regiones más que en otras, por ejemplo los artistas centroamericanos están mucho más presionados. Cabe mencionar el caso de VIC en Panamá, que fue enjuiciado -en millones de dólares- por satirizar a un político de turno; o el de Filóchofo en Guatemala, que debido a su activismo no encuentra medios donde publicar, caso parecido al de Palomo en México que no aparece en la prensa de ese país, como ve para muestra hace falta un botón.
MC.- Entre la censura y lo económico ¿con qué plata editan los ejemplares impresos que salen a flote de La Bañadera?HO.- La bañadera es una organización sin fines de lucro, en realidad es un proyecto cultural que edita a pulmón las ediciones con financiamiento propio, en base a lo que se saca del libro anterior.
MC.- Háblenos de Labanacomic.com.ar HO.- Es el sitio digital de La Bañadera del cómic, un grupo de investigaciones en historieta, editamos una revista digital de la que se pueden bajar gratuitamente 14 números y cuyo nombre es: Sonaste Maneco, en honor a un viejo personaje de historieta argentina. Además de ello, en el campo digital tenemos la recientemente inaugurada sección Cuadernos de La Bañadera del cómic, cuyo primer numero es La Historia de Emilio Cortinas, uno de los maestros uruguayos del dibujo, investigación que proviene del país hermano. Tenemos una línea editorial impresa que se divide en dos partes: La biblioteca temática de la historieta argentina, ya salieron tres volúmenes: Patoruzú, Oestreheld en primera persona y Oestreheld en tercera persona, son libros monográficos. Por otro lado nuestra colección Sonaste Maneco, presenta el proyecto mas ambicioso de La Bañadera: La historia de la historieta latinoamericana, serán 9 tomos, ya aparecieron dos, el Tomo I sobre la historieta en Cuba, Chile y Uruguay. El Tomo II dedicado a Venezuela, Colombia, Perú, Bolivia, Ecuador y Paraguay. El Tomo III a Brasil, escrito por Waldomiro Vergueiro (director de la carrera de comunicación en la Universidad de Sao Paulo). El Tomo IV México por “El Metiche”. Después vendrán 4 números de Argentina y uno de Centroamérica y el Caribe.
MC.- El diario homónimo Clarín.com suele encartonar libros de moneros argentinos; La Jornada, Proceso y El Chamuco hacen lo propio en México ¿qué otros espacios bibliográficos tienen los novísimos moneros para publicar y darle seriedad a su laburo?HO.- Le decía por ejemplo, Luis Gantus director de la editorial Caligrama, está editando la nueva historieta mexicana, en argentina también hay algunos editores independientes trabajando, como Thalos, Domus, Deux y Doeditores, este último se encarga más de ediciones relacionadas a grandes de la Historieta argentina como Breccia , Solano López o Robin Wood, recordemos que Breccia y Wood habían nacido en Uruguay y Paraguay respectivamente, pero su carrera profesional la hicieron en Argentina. Editorial El Antillano en Puerto Rico, El Amuleto y Apocalipta en Uruguay y supongo que lo mismo ocurrirá en varios países; los jóvenes valores no tienen un espacio definido de aparición, son más bien intenciones de un momento, por lo que pude ver Caligrama sería una excepción a la regla, insisto falta interrelación entre los artistas latinoamericanos.
MC.- ¿Qué influencias argentinas son determinantes en Europa? por ejemplo, Goscigny conoció las historietas de Dante Quinterno ¿sería posible Asterix sin el mapuche Patoruzú?HO.- El cómic europeo se nutrió de La escuela argentina, Oestreheld influyó de modo decisivo en la forma de escribir historietas, luego siguió Robin Wood. En cuanto al tema Goscigny, si bien es verdad que Asterix tuvo una referencia directa de Patoruzú, ya que Goscigny vivió en Argentina en el momento en que Patoruzú rompía récords de venta. Fundamentalmente Asterix arrebata elementos sacados de un capítulo, “El discípulo del diablo” (diario El Mundo de 1937), donde al tomar una sopa hecha con un “hueso” de un caldero, adquiría una fortaleza increíble. El mapuche tehuelche Patoruzú creado por Quinterno -a pesar de su paso y publicación en la prensa de Nueva York- nunca tuvo la universalidad y la profundidad de Asterix.
MC.- Y en la exportación de los cartones porteños, mendocinos y rosarinos ¿qué papel jugó De la flor?HO.- Creo que Editorial De la Flor, ha sido y es la columna vertebral de la expansión del humor gráfico argentino, con Quino (Mafalda) y Fontanarrosa (Boogie e Inodoro Pereyra).
MC.- Finalmente, ¿cómo está la Argentina en el Año I sin Fontanarrosa? HO.- Fontanarrosa era un artista completo: dibujante, guionista y un gran escritor, en resumidas cuentas, único; destaca por su visión ácida y justa de la realidad que lo rodeaba, siempre lo vamos a extrañar.