Un estimado amigo siempre me trae películas de
“militante” por decirlo de alguna manera, debo confesar que soy un “activista
pasivo de la causa mapuche” siento que por ahora estoy mas preocupado con la
crianza y los detalles que esto acarrea.
La película en si “El Mayordomo” en su
traducción al español con Forest Whitaker y un elenco de lujo, con la aparición
de cada actor le codeo a mi mujer ¡observa! Mariah Carey, Lenny Kravitz, Cuba
Gooding y un largo etc de grandes artistas, al avanzar la película no puede
evitar el paralelo y la nostalgia con mi propia historia familiar, recordar a
mi viejo y sus rabias, los llantos en silencio de mi madre por mi hermano mayor
quien en tiempos de la dictadura se lo pasaba en protestas y luego detenido.
Mi padre en su juventud marcho y voto por
Salvador Allende, mas tarde lloro su caída y sufrió en carne propia lo que
significo ser dirigente sindical en listas negras que circularon a lo largo del
país, con 2 hijos muy pequeños y otro en camino (yo), se vio obligado a trabajar
en lo que viniera y como el dice hasta el día de hoy, muy a su pesar hacerse
gasfiter (plomero) para sortear el día y
llevar el sagrado pan de cada día a la ruka, ser indio mapuche y tener opinión
de las cosas es “asunto delicado” aprendió a punta de culatazos por la calles.
En muchos puntos de la película el protagonista
debió tragar saliva de la gruesa al escuchar opiniones contra su gente y la
lucha que los jóvenes idealistas daban, varios episodios me recuerdo a mi
viejo, quien trabajo haciendo “pololitos” (reparaciones y mantenciones) en
casas y edificios de la clase alta de Santiago, aun hoy cuando aparece algún
ministro, político o ricachón en la televisión el me dice “mira a ese yo lo
conocí cuando era chico”, “yo trabaje para el papá de ese” o el clásico “ese me
quedo debiendo dos lucas (2.000 pesos chilenos de mediados de los años
ochentas)”.
Mi viejo gran personaje, para el dedique “Don
Piter” un personaje que le toca desenvolverse en el mundo de los militantes
mapuche y la casa de los patrones latifundistas y elite política Chilensis, mi
viejo sin odio me enseño a transitar por esta geografía humana que nos toca
habitar.