viernes, abril 23, 2010
Cuento de Cosmoficción 1.
Viajeros Morales
Cuando la tierra entro en razón y la comunidad del universo considero la madures de los terrícolas para invitarlos a viajar por el espacio, pusieron como condición “tener conductas morales y buenas fe”, ya que muchos consideraban a los terrícolas seres con perversidad en su programación.
Se exigían informes y bitácoras permanentes de los viajeros, que reportasen los mundos a los cuales visitaban y que respetasen la obligación de no interferir en sus culturas, ser invisible de acuerdo a la necesidad, pero informar de las actividades y observaciones.
A la comunidad espacial le importaba en demasía incorporar a otras razas con un nivel de espiritualidad, razón y moral al consejo; “cuando una especie se pierde, el universo completo pierde, pero la madurez debe ser un camino a recorrer por cada especie el conocimiento de ese trayecto es un tesoro del que todos debemos aprender”.
La mayoría de los informes emitidos por los viajeros terrícolas eran adulterados y el consejo no verificaba pues confiaba en la buena fe de los hombres, estos rápidamente comprendieron que las bitácoras se podían falsear.
No es fácil echarse al bolsillo el código, todo explorador espacial que se precie de tal lo sabe de memoria, es un requisito obligatorio para despegar, eso junto a los exámenes sicológicos y pruebas en los detectores y maquinas para garantizar un comportamiento ético en el espacio y otros mundos.
La tarea de recorrer el espacio, era una tarea para los buscadores del conocimiento, no un trabajo para buscadores de tesoros materiales, lamentablente una parte del consejo espacial tenia razón, los humanos no eran moralmente aptos para el viaje.
Desde la tierra comenzaron a viajar soldados y guerreros del ejercito, los mas duros y valientes, también los mas osados que arriesgaban todo, el código moral y de conductas del viajero espacial no valían nada para ellos.
No encontrando resistencia alguna en los distintos planetas que el hombre fue visitando y solapadamente conquistando por la fuerza a planetas con niveles inferiores de tecnología, saqueando sus riquezas, sin embargo el consejo espacial ignorante de la realidad, vio con buenos ojos la cantidad de viajeros que la tierra aporto y que rápidamente se volvió una de las especies con mas presencia en el espacio.
El numero de mundos que informaban en sus viajes de descubrimiento era sorprendente, nadie imaginaria mas tarde el horror oculto en cada archivo para cuando el consejo entro en razón los humanos eran mayoría en esta parte del universo, el sentimiento de la desconfianza y la traición les era desconocido, la mentira y la muerte en los viajes al universo fue el gran aporte de la humanidad que tardamente pudo constatar el consejo.
Pedro Melinao
jueves, abril 22, 2010
martes, abril 13, 2010
Una mañana en Carahue (la ciudad que fue)
Esta lindo Carahue en (mapuzungun significa la ciudad que fue), hace aproximadamente una década un alcalde de la ciudad decidió reunir las distintas maquinas a vapor que hacían las veces de aserraderos portátiles y que viajaban realizando faenas forestales, en las épocas que la región era una selva por conquistar, así fueron quedando desperdigadas por el largo de la comuna, los fierros oxidándose en distintos paisajes nos hablaban de un pasado industrial y que su lenta muerte también nos recordaba el cambio y los giros de la actividad económica de la zona.
Hoy en plena entrada del otoño en el país mapuche y de visita en la ciudad, esta especialmente bella hay trabajos de remodelación de la plaza principal y se ve un comercio vivo, pequeños comerciantes que se toman las calles, también siendo la ciudad de Carahue la puerta obligatorio a la zona lafquenche (la zona costera de la región) muchos vehículos pasan y se detienen en los distintos miradores que se construyeron en la ciudad de los tres pisos, dicho por su ubicación geográfica la ciudad creció en tres y hoy por hoy ya cuatro niveles como buscando el cielo.
Puede verse que ese progreso del que tanto hablan algunos y que nosotros los mapuches solo vemos pasar por las carreteras y que las barandas, las rejas nos impiden acceder a el, aquí en Carahue logran generar una parada, una “estación” que permite capturar al visitante y ofrecer alguna mercancía que pueda generar un pequeño e incipiente ingreso, por la escala solo de subsistencia, si bien vemos gestos de un sector de artesanía y otras obras que intentar normar y estandarizar ese comercio callejero hay mucho que hacer.
No puedo evitar traer a colación lo que los lugareños han denominado como el “terremoto mentiroso”, ese del 27 de febrero que fracturo el sur, “mentiroso” pues al visitar la ciudad nos llevamos esta impresión de la que les hablo, pero bajo cada fachada se esconden daños estructurales serios, casas que se movieron de sus ejes fundacionales acercándose mas al vació de las laderas y pendientes en que esta incrustada la ciudad, tarea para la autoridad y más para la ciudadanía quien será la que finalmente pague la reconstrucción.
Pero hoy solo quiero pensar en lo bien que se ve la ciudad, en que siempre los españoles me producen esa sensación de admiración e ira, debido a la voluntad de llegar tan lejos, miro los cerros erosionados y me los imagino como una selva impenetrable hace 500 años y a mi pueblo fiero contra el hierro invasor, que los trajo tan lejos que motivo su voluntad (la ambición del oro me dice mi viejo, los weones vinieron buscando oro hasta el fin del mundo), bueno la ciudad, la geografía, la gente que vale “oro” y el pueblo mapuche aun aguantando la mano opresora, Carahue la puerta al mar y al horizonte que acaban de privatizar nuestras autoridades.
Hoy en plena entrada del otoño en el país mapuche y de visita en la ciudad, esta especialmente bella hay trabajos de remodelación de la plaza principal y se ve un comercio vivo, pequeños comerciantes que se toman las calles, también siendo la ciudad de Carahue la puerta obligatorio a la zona lafquenche (la zona costera de la región) muchos vehículos pasan y se detienen en los distintos miradores que se construyeron en la ciudad de los tres pisos, dicho por su ubicación geográfica la ciudad creció en tres y hoy por hoy ya cuatro niveles como buscando el cielo.
Puede verse que ese progreso del que tanto hablan algunos y que nosotros los mapuches solo vemos pasar por las carreteras y que las barandas, las rejas nos impiden acceder a el, aquí en Carahue logran generar una parada, una “estación” que permite capturar al visitante y ofrecer alguna mercancía que pueda generar un pequeño e incipiente ingreso, por la escala solo de subsistencia, si bien vemos gestos de un sector de artesanía y otras obras que intentar normar y estandarizar ese comercio callejero hay mucho que hacer.
No puedo evitar traer a colación lo que los lugareños han denominado como el “terremoto mentiroso”, ese del 27 de febrero que fracturo el sur, “mentiroso” pues al visitar la ciudad nos llevamos esta impresión de la que les hablo, pero bajo cada fachada se esconden daños estructurales serios, casas que se movieron de sus ejes fundacionales acercándose mas al vació de las laderas y pendientes en que esta incrustada la ciudad, tarea para la autoridad y más para la ciudadanía quien será la que finalmente pague la reconstrucción.
Pero hoy solo quiero pensar en lo bien que se ve la ciudad, en que siempre los españoles me producen esa sensación de admiración e ira, debido a la voluntad de llegar tan lejos, miro los cerros erosionados y me los imagino como una selva impenetrable hace 500 años y a mi pueblo fiero contra el hierro invasor, que los trajo tan lejos que motivo su voluntad (la ambición del oro me dice mi viejo, los weones vinieron buscando oro hasta el fin del mundo), bueno la ciudad, la geografía, la gente que vale “oro” y el pueblo mapuche aun aguantando la mano opresora, Carahue la puerta al mar y al horizonte que acaban de privatizar nuestras autoridades.
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