Esta lindo Carahue en (mapuzungun significa la ciudad que fue), hace aproximadamente una década un alcalde de la ciudad decidió reunir las distintas maquinas a vapor que hacían las veces de aserraderos portátiles y que viajaban realizando faenas forestales, en las épocas que la región era una selva por conquistar, así fueron quedando desperdigadas por el largo de la comuna, los fierros oxidándose en distintos paisajes nos hablaban de un pasado industrial y que su lenta muerte también nos recordaba el cambio y los giros de la actividad económica de la zona.
Hoy en plena entrada del otoño en el país mapuche y de visita en la ciudad, esta especialmente bella hay trabajos de remodelación de la plaza principal y se ve un comercio vivo, pequeños comerciantes que se toman las calles, también siendo la ciudad de Carahue la puerta obligatorio a la zona lafquenche (la zona costera de la región) muchos vehículos pasan y se detienen en los distintos miradores que se construyeron en la ciudad de los tres pisos, dicho por su ubicación geográfica la ciudad creció en tres y hoy por hoy ya cuatro niveles como buscando el cielo.
Puede verse que ese progreso del que tanto hablan algunos y que nosotros los mapuches solo vemos pasar por las carreteras y que las barandas, las rejas nos impiden acceder a el, aquí en Carahue logran generar una parada, una “estación” que permite capturar al visitante y ofrecer alguna mercancía que pueda generar un pequeño e incipiente ingreso, por la escala solo de subsistencia, si bien vemos gestos de un sector de artesanía y otras obras que intentar normar y estandarizar ese comercio callejero hay mucho que hacer.
No puedo evitar traer a colación lo que los lugareños han denominado como el “terremoto mentiroso”, ese del 27 de febrero que fracturo el sur, “mentiroso” pues al visitar la ciudad nos llevamos esta impresión de la que les hablo, pero bajo cada fachada se esconden daños estructurales serios, casas que se movieron de sus ejes fundacionales acercándose mas al vació de las laderas y pendientes en que esta incrustada la ciudad, tarea para la autoridad y más para la ciudadanía quien será la que finalmente pague la reconstrucción.
Pero hoy solo quiero pensar en lo bien que se ve la ciudad, en que siempre los españoles me producen esa sensación de admiración e ira, debido a la voluntad de llegar tan lejos, miro los cerros erosionados y me los imagino como una selva impenetrable hace 500 años y a mi pueblo fiero contra el hierro invasor, que los trajo tan lejos que motivo su voluntad (la ambición del oro me dice mi viejo, los weones vinieron buscando oro hasta el fin del mundo), bueno la ciudad, la geografía, la gente que vale “oro” y el pueblo mapuche aun aguantando la mano opresora, Carahue la puerta al mar y al horizonte que acaban de privatizar nuestras autoridades.